Infórmese

¿Qué es la Apnea del Sueño?

Algunas personas sufren una serie de fenómenos que alertan el «mal dormir», y es de vital importancia prestarles la atención necesaria . Los ronquidos, padecer pausas respiratorias durante la noche, despertar súbitamente o quedarse dormido en el trabajo, son signos claves que indican un sueño no reparador.

El síndrome de apnea-hipoapnea obstructiva del sueño (SAHOS) consiste en episodios repetidos de obstrucción parcial o total de la vía aérea mientras la persona duerme, generando una baja en el nivel de oxígeno de la sangre, incluso hasta un 30 por ciento de lo normal.

Se calcula que entre un 5% y 10% de la población sufre este síndrome, lo que supera las cifras de diabetes y asma bronquial. Afecta tanto a niños como a adultos, y es más común en los hombres que en las mujeres, de entre 30 y 60 años. El grupo de mayor riesgo está conformado por obesos, cardiópatas coronarios, hipertensos, fumadores, personas de cuello grueso y grandes roncadores.

El tratamiento siempre es específico y se elabora de acuerdo a la sintomatología de cada persona. El objetivo es evitar el cierre de la faringe y así normalizar la respiración, mejorar el sueño y controlar los síntomas. En la gran mayoría de los casos el tratamiento bien llevado es efectivo.

En los casos leves, se trata de eliminar los factores de riesgo, como obesidad, ingesta de somníferos, consumo de alcohol cerca de la hora de dormir, tabaquismo y anomalías anatómicas como adenoides y amígdalas hipertrofiadas. Es común que en los niños las apneas sean causadas por estos problemas anatómicos, por lo que se solucionan con cirugía.

En los casos moderados y severos, además de las indicaciones anteriores, el tratamiento más efectivo es el CPAP nasal en el que se mantienen abiertas las estructuras blandas de la faringe, lo que deja pasar el aire e impide que se obstruya la vía respiratoria superior, obteniéndose un sueño profundo y reparador ya que se evitan los ronquidos y sobresaltos por las repentinas apneas. Esto genera que la persona en el día a día esté más relajada y mejor dispuesta para su actividad diaria.

En conclusión, el dispositivo CPAP es un tratamiento eficaz para el SAHOS, en el cual se aplica un flujo suave de aire directamente por la nariz y la boca mediante una interfase para prevenir que las vías respiratorias superiores se cierren, de modo que pueda respirar con mayor facilidad mientras duerme.

El tratamiento con CPAP es seguro y no invasivo, y puede aliviar los síntomas del SAHOS si se utiliza según las indicaciones.

El tratamiento siempre es específico y se elabora de acuerdo a la sintomatología de cada persona. El objetivo es evitar el cierre de la faringe y así normalizar la respiración, mejorar el sueño y controlar los síntomas. En la gran mayoría de los casos el tratamiento bien llevado es efectivo.

En los casos leves, se trata de eliminar los factores de riesgo, como obesidad, ingesta de somníferos, consumo de alcohol cerca de la hora de dormir, tabaquismo y anomalías anatómicas como adenoides y amígdalas hipertrofiadas. Es común que en los niños las apneas sean causadas por estos problemas anatómicos, por lo que se solucionan con cirugía.

En los casos moderados y severos, además de las indicaciones anteriores, el tratamiento más efectivo es el CPAP nasal en el que se mantienen abiertas las estructuras blandas de la faringe, lo que deja pasar el aire e impide que se obstruya la vía respiratoria superior, obteniéndose un sueño profundo y reparador ya que se evitan los ronquidos y sobresaltos por las repentinas apneas. Esto genera que la persona en el día a día esté más relajada y mejor dispuesta para su actividad diaria.

En conclusión, el dispositivo CPAP es un tratamiento eficaz para el SAHOS, en el cual se aplica un flujo suave de aire directamente por la nariz y la boca mediante una interfase para prevenir que las vías respiratorias superiores se cierren, de modo que pueda respirar con mayor facilidad mientras duerme.

El tratamiento con CPAP es seguro y no invasivo, y puede aliviar los síntomas del SAHOS si se utiliza según las indicaciones.

Existen numerosos riesgos posibles relacionados con la ausencia de tratamiento del SAHOS. Se ha demostrado en investigaciones clínicas que existe una conexión entre el SAHOS y enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, ataques al corazón, accidentes cerebrovasculares, obesidad, diabetes tipo II. También se han visto caso de accidentes laborales con vehículos motorizados relacionados con la fatiga.

El tratamiento del SAHOS puede limitar el riesgo de presentar estas afecciones que ponen en riesgo a la persona, pudiendo mejorar la calidad de vida del paciente.

Algunos de los riesgos posibles por falta de tratamiento contra el SAHOS son:

Hipertensión arterial:
El hecho de presentar SAHOS puede incrementar el riesgo de sufrir hipertensión, factor de riesgo cardiovascular. El tratamiento del SAHOS puede reducir la presión arterial y el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

Fibrilación auricular:
El SAHOS puede promover la presencia de ritmos cardíacos anormales como la fibrilación auricular. Además, los pacientes con fibrilación auricular y SAHOS no tratado son más propensos a presentar una recurrencia de la fibrilación tras un tratamiento exitoso para esta afección cardíaca, en comparación con pacientes sin SAHOS o con SAHOS debidamente tratado.

Enfermedad cardiovascular:
El SAHOS no tratado causa tensión en el corazón, hecho que puede dar lugar a la aparición de enfermedades cardiovasculares graves, como insuficiencia cardíaca e incluso infarto de miocardio. Sin embargo, el tratamiento del SAHOS puede reducir el riesgo de padecer estos tipos de patologías y ayudar a los pacientes a proteger el corazón y las arterias.

Accidentes cerebrovasculares:
Los datos sugieren que el SAHOS es un factor de riesgo significativo para los accidentes cerebrovasculares (ACV) y que su presencia puede dificultar la recuperación después de un accidente cerebrovascular.

Diabetes de tipo II:
Las personas que sufren apnea del sueño corren mayor riesgo de presentar resistencia a la insulina, lo que puede ocasionar diabetes tipo II. En estudios clínicos se ha demostrado que las personas que sufren diabetes tipo II suelen presentar apnea del sueño.